lunes, 29 de diciembre de 2008

Yo no olvido el año viejo (2008)

Como dice la canción este año ha sido un buen año para Imolko, y será dificil de olvidar (aunque no nos trajo ni la burra ni una chiva).

Comenzamos el año implementando el Cuadro de Mando Integral (o Balanced Score Card), con indicadores que medían nuestros logros en los objetivos estratégicos de la empresa. Esta implementación hizo que nos pudieramos enfocar mucho más claramente en lo que es importante para la empresa, dejando a un lado las actividades no productivas. Lo más importante de este año, ha sido el cambio cultural que significa medir nuestros logros y contrastarlo contra las metas que planteamos.

A mediados de año complementamos estas mediciones con un esquema de ingresos variables, que nos permite distribuir las ganancias en proporción a los logros de cada persona.

Esta definición de la estrategia y medición detallada del performance de cada uno, y del equipo como un todo, nos ha permitido cerrar el año con unos excelentes números, entre los que destacan:
  1. Aumento de las ventas en un 85% con respecto al año anterior
  2. Clientes en 3 países de latinoamérica (Colombia, Rep Dominicana y Venezuela)
  3. Resolución de incidentes en un 50% del tiempo que prometimos en nuestros SLAs
  4. 50 horas de entrenamiento anual por cada persona que trabaja en Imolko
  5. Programa de responsabilidad social que beneficia a más de 15 ONGs
Adicionalmente, durante el segundo semestre adoptamos la metodología "Extreme Programming" que nos permitirá tener una tasa de innovación mucho más alta, y proveer más herramientas innovadoras a nuestros clientes.

Definitivamente este ha sido un buen año que nos permite entrar a este dificil 2009 con unas bases sólidas. Durante el próximo año seguiremos apostando a diferenciarnos con una excelente calidad de servicio, y mucha innovación que le permita a todos nuestros clientes conversar con sus relacionados para aumentar su competitividad.

Gracias a todo nuestro equipo por este excelente año, y a todos nuestros clientes por confiar en nosotros!!

martes, 9 de diciembre de 2008

El Empleado Fantasma

Estamos buscando gente para el área de desarrollo; simplemente gente que quiera desarrollar en un ambiente full creativo. Realmente considero que es un trabajo bastante interesante para alguien con ganas de crear nuevas cosas.

Durante este proceso se han presentado dos situaciones, que me han puesto a pensar sobre la percepción que tienen los profesionales sobre las empresas y los puestos de trabajo.

La primera situación se presenta en la entrevista inicial. Para ponernos en contexto, para que una persona fuera seleccionada para la entrevista inicial se siguieron estos pasos:
1) La persona vió el anuncio publicado
2) Envió su CV
3) Respondió una llamada nuestra
4) Estableció la fecha y hora de la reunión
5) El día antes confirmó la cita vía telefónica

De 12 personas que hicieron todos los pasos, estos fueron los resultados:
Es decir, que sólo el 25% de las personas vinieron a la entrevista que previamente habían confirmado, el resto no vinieron a la entrevista. Y solamente a un 25% le pareció que debía disculparse. A la mitad de las personas (profesionales todos) les pareció bien no presentarse y no dar ninguna razón al respecto. Y lo peor es que estos números son consistentes con nuestro anterior período de reclutamiento. O sea que no es algo coyuntural, sino más bien algo "estructural" o cultural.

La segunda situación se presentó con la persona seleccionada (es decir, una de las 3 personas que vino). Definitivamente esta persona llenaba los requisitos que estabamos buscando; una persona inteligente, con amplia experiencia en el mundo del software.

Esta persona comenzó a trabajar y despues de la primera semana de adaptación, hizo unos aportes interesantes y ya estaba comenzando a agregar valor en la empresa. El viernes de la segunda semana, llamó para disculparse por que tenía gripe y no podría asistir; todo de una manera muy formal y responsable.

El problema es que eso fue lo último que supimos de esa persona; NUNCA más volvimos a tener noticias de su parte. Ni siquiera un SMS indicando que no volvería nunca más. NADA, CERO!

Me parece que ambas situaciones podrían reflejar una percepción de algunos profesionales de que los empleos (y las empresas) son algo desechable a lo que no hace falta guardarle ningún respeto. Ojalá me equivoque y sea sólo mala suerte. Porque definitivamente un profesional que piense así no es nada competitivo.

PS: y lo peor es que estaba jugando el amigo secreto y nunca supimos a quién le regalaba :-(

lunes, 1 de diciembre de 2008

¿Hace falta el horario?

Siempre he creido que el "horario" no es necesario para que un equipo pueda generar valor y ser altamente productivo. En empresas de tecnología, dónde el valor se agrega por la creatividad de las personas, nunca he visto claramente la relación entre productividad y horario.

Esta concepción está ligada a la noción de responsabilidad: cada uno de nosotros está en la capacidad de tener libertad para decidir en qué horario es más productivo, siempre que tenga la responsabilidad para manejar las consecuencias.

Como todo en la vida debe haber un balance: para llevarlo a un extremo, si ninguno de los que trabaja en una empresa cumple ninguna hora, sencillamente no hay empresa.

Actualmente en Imolko no tenemos ningún horario definido; cada persona decide cuándo trabaja, y es responsable por los resultados que obtiene mensualmente.

La falta de horarios puede potencialmente crear problemas en dos áreas:
* Cuándo los indicadores no son completamente personalizados, unas personas poco comprometidas pueden "escudarse" en los resultados del equipo y trabajar menos.
* Cuándo se necesitan hacer algunas cosas en equipo (con presencia física) y no se tiene la certeza sobre cuándo ubicar al otro.

Adicionalmente tenemos muy arraigados el "chip" que el horario es parte fundamental de los trabajos serios. Podría darse el caso que si una persona trabaja con un horario distinto (digamos en la madrugada) podría generar la percepción de que no está trabajando y generar malestar en el resto del equipo.

El problema mayor se presenta cuándo una persona deliberadamente incumple sus compromisos y cada día trabaja menos; ¿como podemos darnos cuenta de ésto y resolverlo antes que afecte el compromiso y la moral de los demás?

He estado pensando full en el tema; hasta ahora se me ocurren tres caminos posibles:
1) Irnos por el camino tradicional: a partir de ahora todo el mundo tiene el mismo horario y se la "cala" (o se lo "banca" como dicen los sureños).

2) Horarios Flexibles: Cada persona escoge en qué horario quiere trabajar y debe comunicarselo claramente al resto del equipo. Una vez que escoge su horario (digamos por un trimestre) debe apegarse a el y respetarlo.

3) Avanzar en el camino de la responsabilidad: profundizar en los indicadores, y medir el valor de cada persona. Que sea imposible "escudarse" en el trabajo de los demás, y que se evidencia el aporte de cada uno.

Al final del día lo que más me preocupa es que terminemos dedicandole más energía a "controlar los horarios" que realmente a agregar valor. Definitivamente, cumplir o no un horario no nos hace más competitivos. Tener un equipo altamente motivado y efectivo si nos hace más competitivos.

En Imolko seguimos pensando el tema y buscando un camino que nos permita aumentar la productividad mientras que mantenemos al máximo la creatividad. Y definitivamente, evidenciando quién no está agregando valor para motivarlo a que lo haga.