Siempre he creido que el "horario" no es necesario para que un equipo pueda generar valor y ser altamente productivo. En empresas de tecnología, dónde el valor se agrega por la creatividad de las personas, nunca he visto claramente la relación entre productividad y horario.
Esta concepción está ligada a la noción de responsabilidad: cada uno de nosotros está en la capacidad de tener libertad para decidir en qué horario es más productivo, siempre que tenga la responsabilidad para manejar las consecuencias.
Como todo en la vida debe haber un balance: para llevarlo a un extremo, si ninguno de los que trabaja en una empresa cumple ninguna hora, sencillamente no hay empresa.
Actualmente en Imolko no tenemos ningún horario definido; cada persona decide cuándo trabaja, y es responsable por los resultados que obtiene mensualmente.
La falta de horarios puede potencialmente crear problemas en dos áreas:
* Cuándo los indicadores no son completamente personalizados, unas personas poco comprometidas pueden "escudarse" en los resultados del equipo y trabajar menos.
* Cuándo se necesitan hacer algunas cosas en equipo (con presencia física) y no se tiene la certeza sobre cuándo ubicar al otro.
Adicionalmente tenemos muy arraigados el "chip" que el horario es parte fundamental de los trabajos serios. Podría darse el caso que si una persona trabaja con un horario distinto (digamos en la madrugada) podría generar la percepción de que no está trabajando y generar malestar en el resto del equipo.
El problema mayor se presenta cuándo una persona deliberadamente incumple sus compromisos y cada día trabaja menos; ¿como podemos darnos cuenta de ésto y resolverlo antes que afecte el compromiso y la moral de los demás?
He estado pensando full en el tema; hasta ahora se me ocurren tres caminos posibles:
1) Irnos por el camino tradicional: a partir de ahora todo el mundo tiene el mismo horario y se la "cala" (o se lo "banca" como dicen los sureños).
2) Horarios Flexibles: Cada persona escoge en qué horario quiere trabajar y debe comunicarselo claramente al resto del equipo. Una vez que escoge su horario (digamos por un trimestre) debe apegarse a el y respetarlo.
3) Avanzar en el camino de la responsabilidad: profundizar en los indicadores, y medir el valor de cada persona. Que sea imposible "escudarse" en el trabajo de los demás, y que se evidencia el aporte de cada uno.
Al final del día lo que más me preocupa es que terminemos dedicandole más energía a "controlar los horarios" que realmente a agregar valor. Definitivamente, cumplir o no un horario no nos hace más competitivos. Tener un equipo altamente motivado y efectivo si nos hace más competitivos.
En Imolko seguimos pensando el tema y buscando un camino que nos permita aumentar la productividad mientras que mantenemos al máximo la creatividad. Y definitivamente, evidenciando quién no está agregando valor para motivarlo a que lo haga.
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